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El peligro del poder

El peligro del poder... No se enaltezcan, sean prudentes, humildes, amen a Dios por encima de todo para que puedan expresar sinceramente como el apóstol Pablo: "Ya “no” vivo yo, ahora Cristo "vive en mí" y lo que vivo en este cuerpo, lo vivo por fe en el hijo de Dios, que me amó y murió por mí”  Gálatas 2. Un siervo de Dios ha de  ser su más riguroso y fiel atalaya, alguien que ora y sabe renunciar a sí mismo para no verse pronto menguado en el amor que le demanda su trabajo de cuidar y discipular personas para el reino de Dios y no para una denominación o concilio.

El orgullo y la ambición da a luz pastores y siervos que solo simples lobos disfrazados de ovejas sin fe verdadera en Dios, esta gente usa la manipulación como arma secreta para conseguir sus metas financieras. Vemos a este tipo de predicadores y sacerdotes queriendo impresionar a sus oyentes con mentirosas y supuestas experiencias sobrenaturales y es común que organicen muchas actividades religiosas con estrategias mundanas para atraer seguidores que les ayuden a edificar su reino pero nunca será el de Dios.

El peligro del poder... El que se siente con poder es experto en torcer las escrituras, así estanca al creyente en su  crecimiento espiritual y lo lleva a depender de su iglesia y ministerio. El analfabetismo bíblico de la gente de este tiempo causa que las multitudes busquen atajos para recibir la bendición del Señor y sean como ciegos al endiosar a los falsos por no discernir que son unos miserables engañadores.

Los falsos pastores y sacerdotes no aman el reino, no les importa la salvación de las alamas, son gente astuta, simples negociantes del evangelio que se apacientan a sí mismos. Nadie es más que nuestro Señor y Salvador Jesucristo. No te dejes impresionar por sus doctorados, ni por el diverso portafolio de sus empresas pues están coronados de avaricia y trafican con la palabra de Dios y la venden al mejor postor.

El peligro del poder...  Apreciado pastor y sacerdote purifica tu consciencia y aparta lo precioso de lo vil, purifica las intenciones de tu corazón  y sirve a Dios y a su reino en vez de andar buscando servidores ciegos para que te sirvan a ti. Recuerda que el día que mueras no podrás llevarte todas tus riquezas. 

Y tu creyente fiel sal de la iglesia apostata, busca  un sitio donde realmente haya un hombre fiel a Dios, mira sus frutos espirituales. No te confundas con la aparente prosperidad de una congregación. Recuerda que el reino de Dios no es comida ni bebida ni nada material y escapa por tu vida.

Sal fuera y huye de un sacerdote o pastor que manipula y te prohíbe pensar, acuérdate que Dios es Justo y que es infinitamente Todopoderoso para guiarte a toda Verdad, y así serás realmente libre en el nombre de Jesucristo.