Volvamos
a Dios... A la fe genuina de los primeros cristianos de la iglesia
primitiva quienes unidos trabajaban en equipo para edificar la fe de
los discípulos de Jesucristo, ellos no pensaban en construir su
propio reino. Rescatemos los valores espirituales de
la senda antigua, esa necesidad de amar a Dios sobre todo las cosas, de ser
testimonio para que otros sean confrontados y se arrepientan. No es
cuestión de estrategias sino de estar llenos del Espíritu Santo.
El
liderazgo espiritual nace en el corazón del creyente fiel que sabe pagar el precio de su anonimato y no busca su propia gloria o adulación. A nuestro Padre le desagradan las ceremonias muertas, los programas del culto, los
gritos y el desorden.
¡No
más huesos secos! No más apariencia, no más conformidad,
volvamos a la ley del espíritu de vida. No es tiempo para comer pasto seco, es tiempo de discernir y huir de la iglesia apostata. Echa fuera el espíritu
babilónico, la sabiduría humana, el humanismo, que ahoga la palabra de Dios. Renuncia a la exaltación, a la
religiosidad, al legalismo, al formalismo, a la anarquía y a los excesos de autoridad posicional por falta de una verdadera autoridad espiritual.
Volvamos a Dios...Un ciego espiritual no puede dirigir la obra de Dios, no trates de usurpar la obra del Espíritu Santo con programas mundanos, con títulos y posiciones extra bíblicas sin fundamento. Tenemos miles de licenciados y doctorados que hacen gala de sus doctorados, son especialistas en toda clase de invención humana pero nulos en revelación de la Palabra para arrepentimiento y purificación en el camino de la santidad. No olvides que la unción no viene por títulos, sino por un andar intimo en comunión con un Dios santo y eso demanda morir al ego y a nuestros propios planes.
Volver a la fe antigua... Modelo bíblico escritural, tenemos un Padre que sigue siendo Dios Todopoderoso y nos dirige con su Espíritu Santo. El verdadero
siervo no se enseñorea de las ovejas de Jesucristo sino que las apacienta con
amor, con ejemplo y sabiduría para que finalmente lleguen a la meta y
reciban vida eterna.