Ten
cuidado de lo que enseñas… Pablo recomendó a Timoteo teniendo en cuenta
que vendrían “tiempos peligrosos. Timoteo conocía desde su infancia las
sagradas escrituras por su abuela y Pablo lo adiestro para el servicio por haber
“seguido” la sana doctrina y por su buena conducta y propósito.
Pablo dijo a Timoteo que debía perseverar, a pesar de las dificultades. “Pero tú,
permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues
sabes de quiénes lo aprendiste”
Le recordó el valor de las Escrituras
como base infalible de la fe: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin
de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena
obra” 2 Timoteo 3:14
Ten cuidado de lo que enseñas… Porque es la palabra de Dios la que produce convicción en la conciencia del creyente, no debemos agregar nuestros razonamientos a la enseñanza.
"Porque
vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de
oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias" 2 Timoteo
4:3
Los
que tienen comezón de oír buscan
iglesias con falsos predicadores... Estos enseñan fabulas y falsas ilusiones, que producen sensaciones agradables, pero estos con comezón no soportan palabras como “pecado”, “juicio”, “culpa”, “arrepentimiento”, “castigo” “consecuencias”, “condenación”, “disciplina” y cierran su oído al mensaje no adulterado.
Este tipo de creyente son tibios... No están interesados en enderezar sus vidas, no desean arrepentirse, ni morir a sus pasiones y deseos. Están llenos de codicia, desean ser ricos a cualquier precio y son presa fácil de los manipuladores espirituales, los engañadores que enseñan la doctrina de la prosperidad y los hacen creer que con pactos y siembras pueden asegurar la bendición de nuestro Santo Dios.